La terapia de luz roja estimula de forma natural la producción de colágeno y elastina. Al combinarse con péptidos, este proceso se acelera aún más. La luz activa la piel, favoreciendo que los péptidos se absorban mejor y ofreciendo resultados visibles de firmeza y suavidad en menos tiempo.

La luz roja incrementa la energía celular (ATP), favoreciendo una renovación más rápida de la piel. Combinada con narciso de mar, ayuda a acelerar la luminosidad y a reducir la hiperpigmentación de forma más eficaz.

Los tratamientos LED aumentan temporalmente la permeabilidad y circulación de la piel, lo que permite que el ácido hialurónico penetre más profundamente y retenga la hidratación de forma más eficaz. Así, la piel luce visiblemente más rellena e hidratada tras el tratamiento.

La luz roja tiene un efecto calmante natural. Combinada con té verde, ayuda a reducir la sensibilidad, el enrojecimiento y la irritación tras el tratamiento, siendo especialmente beneficiosa para pieles sensibles o reactivas.

Con luz roja, la centella acelera la cicatrización, reduce el enrojecimiento y fortalece la barrera cutánea. Por sí sola, ayuda a regenerar las células, disminuye la apariencia de cicatrices e imperfecciones, calma la irritación y favorece un cutis más sano y resistente.